En un pequeño y tranquilo pueblo del oeste americano, Abigail, una joven de 18 años, bella e inteligente, desapareció de repente una tarde de verano. Los vecinos la describieron como una chica introvertida que participaba regularmente en actividades culturales en la escuela y tenía una pasión especial por el arte. Nadie podía creer que hubiera desaparecido, sobre todo cuando no había señales de que hubiera salido de casa.
Cuando se informó de la desaparición de la persona, el FBI intervino de inmediato. El equipo de investigación registró la casa de Abigail, que parecía estar desordenada, como si hubiera salido a toda prisa. Encontraron un diario debajo de su almohada, en el que anotaba sus pensamientos sobre la soledad y los sentimientos inexplicables. Una página en particular llamó la atención de los investigadores: “Algo me está observando. No me siento segura”.
Durante la investigación, el equipo del FBI solicitó ver las cámaras de seguridad de los alrededores. Las imágenes de un restaurante cercano revelaron una extraña figura. Era una criatura alta y delgada con extremidades largas y una silueta sombría que se movía rápidamente entre las luces. El equipo relacionó inmediatamente el avistamiento con la leyenda de Slender Man, una criatura que a menudo aparece en leyendas urbanas, famosa por sus misteriosas abducciones.
Después de varios días de investigación, surgió una pista importante. Un residente local informó haber visto a Abigail en el bosque cercano a la ciudad la noche en que desapareció. La describió como de pie, en silencio, como hipnotizada por algo. Esto llevó al FBI a centrarse en el bosque y emprendió una búsqueda a gran escala.
En el bosque, el equipo descubrió un claro con claras señales de lucha. Unas huellas que no se parecían a ninguna otra que habían visto antes los llevaron hasta un gran árbol, donde un pequeño sendero los llevaba bajo tierra. Decidieron bajar y explorar.
Bajo tierra, el aire era frío y húmedo. Las tablas de madera podridas, junto con los dibujos extraños en las paredes, hacían que el espacio pareciera espeluznante. A medida que se adentraban, oyeron un suave susurro, como si alguien estuviera llamando a Abigail.
Finalmente, encontraron una habitación pequeña y oscura, y en ella había un gran espejo. El espejo tenía rayones, como si alguien hubiera intentado escapar. De repente, sopló un viento frío que apagó las linternas. En la oscuridad, sintieron una presencia extraña, como si una criatura los estuviera observando.
En cuanto se encendió la luz, apareció una imagen aterradora. La imagen de Abigail apareció en el espejo, pero no era la Abigail que conocían. Los miró con una mirada vacía, como si estuviera poseída. Una voz resonó en el espejo: “Ella no puede volver”.
Se retiraron rápidamente de la habitación, decididos a salvar a Abigail. El equipo de investigación notificó a los refuerzos y planeó una búsqueda más amplia, con la esperanza de encontrar una forma de salvarla de esta misteriosa criatura.
A lo largo de la investigación, la historia de la desaparición de Abigail captó la atención de todo el país. La gente rezaba por su regreso. Aunque no había pistas claras sobre adónde había ido ni quién era la criatura, una cosa era innegable: Abigail se había convertido en parte de un misterio mayor que nadie podía explicar.
La historia continúa, un recordatorio de que, a veces, las cosas más misteriosas se encuentran en medio de la vida cotidiana, esperando ser descubiertas.
Leave a Reply